Fracturas humanas, ámbitos de tratamiento, ámbitos de Formación

Resumen

La formación en psicoterapia está intrínsecamente modelada por nuestra forma de pensar sobre el ser humano. ¿Qué, en la existencia humana, nos expone a la (psico)patología? ¿Qué se puede considerar beneficioso y transformador en el intercambio terapéutico? Y análogamente ¿qué actitud en el entrenamiento, así como en la terapia, podría ser más humana?

Haciendo referencia al pensamiento fenomenológico, los autores examinan el estatuto singular en torno al cual giran la psicopatología y la terapia: el fenómeno pático. Lo «pático» se refiere a la vulnerabilidad multiforme que distingue nuestra condición humana y que marca también nuestra apertura, nuestra sensibilidad fundamental a lo que sucede en el encuentro. La dimensión patica de la enfermedad -más que los síntomas- constituye la realidad inmediata y grávida para el paciente.

La terapia puede definirse como un movimiento intersubjetivo de encuentro, de camino común y de intercambio, donde el terapeuta pone sus conocimientos teóricos, su saber hacer y su presencia al servicio de la persona tratada, para tender a estar mejor consigo mismo, con los otros y en el mundo.

Asimismo, la formación está llamada a propiciar un encuentro transformador entre formadores y estudiantes. La formación en psicoterapia se basaría en esta iniciación viva y pensante en la condición humana: su naturaleza «patica» fundamental, marcada por la posibilidad tanto de perdición como de aniquilación, así como de confianza y realización.

En su camino, el alumno debe poder contar no solo con la experiencia, sino también con la relación con formadores comprometidos que lo apoyan y guían, y con la solidaridad activa, con el espíritu cooperativo del grupo de compañeros para enfrentar lo ‘maravilloso’ y lo ‘desconcertante’ del encuentro con el pathos.

Palabras claves: formación, psicoterapia, psicopatología, experiencia, pática, vulnerabilidad